Introducción
El buen cine, como todo arte -la literatura, la música, la escultura…- ayuda a profundizar, ampliar y, en definitiva, a enriquecer la experiencia fáctica y cotidiana del hombre.
Argumento, temática, personajes, ficciones, ambiente…, de alguna forma nos esculpen. El gran director Dreyer decía que entre la obra de arte y el ser humano existe una semejanza muy estrecha porque ambos tienen alma. Y el alma expresa un estilo. Y por el estilo, el creador fusiona los diversos elementos de su obra, obligando al público a que vea el argumento con sus propios ojos.
Actualmente, Orellana, reconocido experto en crítica cinematográfica, señala que quizás sin rigor discursivo, sin disciplina expositiva, pero con concreta persuasión, el cine expresa la condición humana.
En esta sección se eligen películas cuyo argumento nos aproximen a la verdad de la persona, a su irrevocable dignidad y, en consecuencia a saberla tratar, a ofertarle el bien; algo que supone una correlación recíproca, también de esa persona se recibe verdad y bien, quizás de una manera no directa, ni esperada ni programada.
Hacer bioética desde esta perspectiva supone riesgo a corto plazo dado que en la sociedad actual, estamos colonizados por la tecnociencia, y por el éxito fácil. No importa, el cine puede no imponer su estilo pero sí mostrar un el camino válido: el de la capacidad para ver más allá y más adentro de uno mismo.
En el reciente discurso que el Papa Benedicto XVI no llegó a pronunciar en la Universidad de la Sapienza comenta la reciprocidad entre ciencia y tristeza, ya recogida por Isaías, 11. Expone que el mero saber entristece, que quien se limita a ver y aprender todo lo que en el mundo acontece, acaba poniéndose triste. Porque verdad significa más que saber: el conocimiento de la verdad tiene como objetivo el conocimiento del bien. La autenticidad debe tener ese horizonte: que la verdad nos haga buenos, y que el bien sea verdadero.
Esta sensibilidad para la verdad buena y para el bien verdadero es la que deseamos que emerja en esta sección de cine.
Metodología
Se propone una película, se realiza una sinopsis sobre ella y se plantean algunas cuestiones bioéticas con respecto al temas que aparecen en el film.
Si alguien desea añadir algún comentario o buscar nuevas explicaciones puede dirigirse al correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
En todo caso, lo fundamental es contar con el cine como instrumento de la bioética. |
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Película a Debate: once
Ficha Técnica: Dirección y guión: John Carney. País: Irlanda. Año: 2006. Duración: 85 min. Género: Drama, musical. Interpretación: Glen Hansard (chico), Markéta Irglová (chica), Hugh Walsh (Timmy), Gerry Hendrick (guitarrista), Alastair Foley (bajista), Geoff Minogue (Eamon), Bill Hodnett (padre del chico), Danuse Ktrestova (madre de la chica), Mal Whyte (Bill), Niall Cleary (Bob). Producción: Martina Niland. Música: Glen Hansard. Fotografía: Tim Fleming. Montaje: Paul Mullen. Diseño de producción: Tamara Conboy. Vestuario: Tiziana Corvisieri. Estreno en Irlanda: 23 Marzo 2007. Estreno en España: 31 Octubre 2007.
Sinopsis
Once cuenta a modo de musical indie la sencilla historia de amor entre dos inadaptados al medio y a la sociedad que les ha tocado vivir. El chico (Glen Hansar, cantante del grupo irlandés The Frames) trabaja durante el día en la tienda de aspiradores de su padre, pero cuando tiene un momento libre se dedica a cantar por las calles de Dublín algunos temas conocidos por todos los transeúntes. Cuando cae la noche toca sus propios temas, unas canciones melancólicas que muestran su corazón.
La chica (Marieta Irglova, compositora checa de tan solo diecinueve años) es una inmigrante checa que vende flores por las calles, intentando sacar a flote a su familia en un país extraño, no ve opciones de mejora; sólo la música es el motor contra los días grises de su vida.
La música y la nostalgia los irá uniendo con verdadera química. Es una exquisita película romántica, sin efectos especiales, con los pies en la tierra, delicada -las escenas de amor son sustituidas por duetos que hablan por sí solos-. En Once, una nota vale más que mil palabras. Cautiva por su calado dramático, ético y estético. También se despliega un clima de serena bondad a través de los personajes secundarios, que permiten conmovedoras reflexiones sobre la maternidad, la paternidad, la amistad y la compasión. Todo ello sin discursos ni proclamas, con la única fuerza de la dignidad de los protagonistas y el poliédrico y acertado sentido del amor.
Nietzsche afirmo que la sencillez y la naturalidad son el supremo y último fin de la cultura; desde esta idea, nos encontramos ante una obra maestra. Ha recibido el premio del Público en Sundance 2007 y en el Festival de Berlín de este mismo año.
Temas de Debate
- Ser y Ser Plenamente
- La Interioridad
- Nada Humano nos es Ajeno
Y una Sugerencia
Otras películas para profundizar en el tema son:
- Los chicos del coro
- La eternidad y un día
- La mirada de Ulises
- Mejor… imposible
- La fuerza de uno
- Vencedores y vencidos
Estas películas, además, se encuentran comentadas en el capítulo I del libro "La vida humana a través del cine" de Mª Consuelo y Gloria Mª Tomás y Garrido (EIUNSA; 2ª edición, 2005).
Gloria María Tomás y Garrido Murcia, enero, 2008 Enviar comentarios a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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