PREMIOS RECIBIDOS EN LA ACTUALIDAD:

Oscar al mejor guion adaptado. Globo de oro también al mejor guion adaptado. Premios Bafta a la mejor película, al mejor film británico, al mejor guion adaptado, al mejor montaje. Premio en el Festival de San Sebastián al mejor reparto. Premio del Sindicato de Actores (SAG) al mejor reparto y también premiada al mejor reparto en el Festival Del Plata; en este Festival además ha sido ganadora del mejor guion adaptado.

SINOPSIS

Cónclave es una adaptación de la novela de Robert Harris, popular periodista y escritor británico. Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuatro parten como favoritos: el ultraconservador cardenal Tedesco (Sergio Castellito), el progresista y ultraliberal cardenal Bellini (Stanley Tucci), el pragmático y gris cardenal Trambley y el africano cardenal Adeyemi. Los cuatro desean ser los elegidos. Pero también reciben votos otros dos cardenales a los que no les interesa el poder: el decano del Colegio Cardenalicio, Thomas Lawrence (Ralph Fiennes) –protagonista del film–, y el desconocido y humilde cardenal mexicano Benítez, arzobispo de Kabul, que había sido nombrado cardenal in pectore por el pontífice fallecido. Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia.

PARA ENTENDERNOS

 Con el fin de aportar una visión clara de esta buena película, me ha parecido prudente recurrir a la expresión pronunciada hace casi dos siglos por Campoamor: “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo depende del color con el que se mira”. Porque en Cónclave directa o indirectamente algo tiene que ver la Iglesia Católica, es decir, una Institución, de origen y fin sobrenatural, muy influyente en el mundo por su integridad espiritual y moral, pues es Madre y Maestra y permanecerá así hasta el final de los tiempos. A su vez, estamos ante una película muy bien hecha en la que el espectador por lo menos puede interesarse y distraerse con la trama, con el ritmo y con los personajes. Por eso, expongo dos visiones que se complementan y en la que he considerado la opinión sobre este film, tanto de expertos católicos y practicantes, como de otros que no tienen ni consideran el don de la fe sobrenatural y sus consecuencias, tan de agradecer para el cristiano de a pie.

EN RELACIÓN CON LA IGLESIA CATÓLICA

Siempre es difícil y prudente juzgar, pero me atrevo a considerar que, tras ver esta película, nadie encontrará en ella la posibilidad de acercarse a la Iglesia Católica y mucho menos la de creer en ella. No creo desacertado pensar que ni el guionista, ni el director actúen con malicia, pero está claro que desconocen la dimensión sobrenatural de la Iglesia y aún menos a su Fundador, Jesucristo. No se ha puesto en los créditos que se trata de la Iglesia Católica, ni tampoco que es algo novelado. Ciertamente hay aspectos formales que se cuidan mucho: la reproducción y belleza de la Capilla Sixtina por ejemplo, la vestimenta, la perfecta pronunciación del latín, la consideración de que todo hombre es pecador, la actuación discreta de las religiosas, etc. Ahora bien, con todo ello, y es mucho más nuclear, los cardenales no rezan, o no se les ve rezar; hay diálogos que simplemente son tópicos, y un planteamiento de lucha por el poder, hay rivalidades e incluso un afán, en algunos de los papables, por introducir cambios concordes más con la sociedad actual que con el afán redentor de la Iglesia. Quizás se trata también de mostrar parte de las crisis que se ven en el mundo y que de una forma u otra siempre ha habido. Recuerdo como Benedicto XVI afirmaba, creo recordar que en el segundo tomo sobre de su biografía sobre Jesucristo, “De la entrada en Jerusalén hasta la resurrección” como la barca de la Iglesia, contra el viento de la historia, a menudo parece que se va a hundir…y que desde su Fundación ni ha ocurrido ni ocurrirá a pesar de los pesares de unos y de otros. Por estas complejidades es posible que el espectador identifique los errores de la película con la vida real de los creyentes y practicantes, algo ingenuo y que para otros puede resultar malévolo. Un Cónclave, en la Iglesia Católica, para la elección del Sucesor de Pedro funciona por la acción del Espíritu Santo. Eso no aparece ni por casualidad en la película que, penosamente tiene un final hilarante, que quita categoría al resto. Pero no es una película que desprestigie a la Iglesia porque no la representa. Berger garantiza que rinde el debido respeto a la institución católica, aunque siempre la cuestiona.