Cine desde el espectador
|
||
SINOPSIS Entre las sinopsis de la película que vamos a comentar resulta clara y concreta la que aporta Filmaffinity: “Bernadette Fox es famosa. Para su marido es una esposa con mucho carácter. Para el gremio de arquitectos es un genio y para Bee, su hija adolescente, es sencillamente Mamá. Todo comienza cuando Bee llega a casa con excelentes notas. Sus padres le habían prometido que podría escoger el regalo soñado y Bee decide que quiere un viaje a la Antártida con ellos. Pero entonces Bernadette, que entre muchas otras cosas sufre de agorafobia y odia todo contacto social, desaparece. Bee no acepta la idea de que su madre haya desaparecido por lo que emprende su búsqueda rastreando la correspondencia de su madre; emails, mensajes, cartas secretas, documentos oficiales”. La agorafobia (miedo a la plaza pública según su etimología) se caracteriza por un intenso y generalmente desproporcionado temor al exponerse o anticipar diversas situaciones. Es un tipo de ansiedad, más propio de mujeres y en general frecuente. Sin ir más lejos ¿no hemos tenido algún ramalazo agorafóbico -a veces justificado- ante el Covid? ¿Nos ha reclamado algún familiar, algún amigo en esta pandemia? El ´¿dónde estás?´ Quizás sea esas interrogaciones las que me animan a dialogar y enriquecernos con esta película. Más de un cinéfilo ha descubierto que estamos ante una película en parte atípica, pero a su vez real, en la que las actuaciones femeninas, fruto de heridas profesionales -como el caso de Bernadette-, o de dolores familiares –así se refleja en la vecina-, y desde luego de mucho amor y confianza -cuya protagonista es Bee-, o incluso de la curiosidad tonta -como la secretaria del marido- se trama una historia humana en la que aflora la importancia de lo esencial: familia, diálogo, amistad, buen rollo profesional, comprensión… y encima un final, que no adelanto, pero que no es ni mucho menos ingenuo ni tonto. Bernadette es -o fue- famosa en su profesión; ahora nos aparece trastornada, aislada, enganchada a las compras on line y hasta con más confianza en la consejera virtual que en su propio marido. Una mujer que refleja constantemente sus rupturas y también su libertad, con unas actuaciones siempre intrépidas, algunas desorbitadas -como la compra de fármacos y el tema, que veréis de la valla, y otras llenas de amor, principalmente en el trato con su hija y su antiguo compañero de trabajo, muy amigo. Y los artistas son reales, auténticos. Por todo esto pienso en lo acertado que ha estado el crítico Oti Rodríguez Marchante al comentar: “Un personaje femenino tan enmarañado, cargado y cargante como Bernadette Fox se merece a una actriz tan dúctil, intrépida y atractiva como Cate Blanchett”. El director ha atinado particularmente con la actriz elegida como protagonista. La familia vive en la zona más progresista de Estados Unidos, la lluviosa Seattle; dato interesante en el devenir de esta historia, y desde el principio se capta que ella, que ha elegido ese lugar, lo odia. Claramente nuestra protagonista o ha olvidado, o desea olvidar, el sentido de su vida y el valor de sus virtudes -que las posee y necesariamente las manifiesta, aunque casi nunca a su favor-. Ha roto con su vida pasada (ha huido de su talento profesional) destroza su vida presente de modo desconcertante (con sumisiones y rebeldías inesperadas), y no quiere afrontar un futuro (todo es confuso a corto y a largo plazo; las relaciones sociales se han cancelado). De todo ello, surge una personalidad que te mantiene en tensión y con interés durante todo el relato. Bernadette vive inmersa en el ámbito doméstico (desde preparar el desayuno hasta mantener la casa, mejor dicho, el caserón), pero no responde en nada a un ama de casa ni la tradicional, ni la moderna o postmoderna. Tiene una mirada en parte cautivadora y en parte ácida. Nunca está cómoda y es capaz de sacar de quicio a todos menos a su hija, lo cual es importante. El marido, Elgie, es un programador importante de Microsoft, enamorado y preocupado por su esposa, a la que no entiende y deja hacer, incluso con una buena voluntad casi conmovedora, que le lleva a aceptar ayuda ya que íntimamente está desconcertado. En general, es difícil para un hombre entender a una mujer, o al menos, entenderla mucho, pero la cosa se complica si la susodicha sabe y quiere complicar porque encima y, paradójicamente, apoyarse en los auténticos vínculos conyugales y familiares. Por último, cito a Bee excelente estudiante, casi se puede afirmar que torea admirablemente a su madre, cuyo interior es caótico, pero así son las cosas, el amor filial no se lo plantea más que para sumar con todo. Y dado que es una familia económicamente potente, ante las buenas notas obtenidas, sugiere a sus padres (tan adinerados) que, como premio, puedan ir de vacaciones nada menos que a la Antártida.
|
UN SEGUNDO Director: Richard Linklater Guión: Richard Linklater, Holly Gent Palmo Basada en la novela de María Semple País: EEUU, 2019 (estrenada 2020) Intérpretes: Cate Blanchett, Kristen Wiig, Billy Crudup, Judy Greer Comedia dramática
Y ya no cuento qué pasa en el finalmente realizado viaje. No se pierdan ni el principio ni el final de la película, planos llenos de una gran belleza de arquitectura natural y construida, de palabras y de gestos. Como señala el crítico de El Mundo Luís Martínez “Linklater vuelve en Dónde estás, Bernadette como el perfecto arquitecto de vidas que es para comprimir todas las vidas (incluidas sus muertes) en una sola persona. De la mano de la novela de Maria Semple, el director cuenta la historia de una arquitecta que, como el héroe de Mishima, perdió la gracia del mar. Lo que sigue en un errático y glorioso viaje por el mundo en el que cabe el éxito, el fracaso, el documental, la comedia, el melodrama, la aventura y, por supuesto, el amor. Todas las vidas y todas las muertes y todas las sinrazones en una película contada del principio al fin sin respirar. De Seattle a la Antártida. De Linklater a Linklater. De Blanchett a Blanchett. El universo entero”. Y añade José María Aresté: “En tal sentido, la cuestión de la arquitectura está introducida con gran realismo, de modo que el reportaje especial sobre uno de sus proyectos, colgado en internet, fascina, y se entiende la cuestión del corrimiento de tierras, o cierta idea que surge en un momento fundamental de la trama. Y ello está bien maridado con la dedicación informática de Elgie, terreno en el que es algo parecido a un geniecillo, aunque se le escapen ciertos problemas de Bernadette, o las aportaciones como “amateur” de Bee en una representación escolar, con un instrumento musical. Hay mucho e inteligente subtexto, como en la medalla de santa Bernadette, la vidente de Lourdes, y que alude a distintas visiones de las cosas que todos necesitamos para funcionar en la vida”. Profundidad, ligereza, comedia, drama, amores, trabajos… como la misma vida.
Gloria Mª Tomás Granada, agosto de 2021 |