Cine desde el espectador Gloria Mª Tomás y Garrido Catedrática Honoraria de Bioética. UCAM. Murcia. |
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Llevamos una largatemporada en la que selleva a la pantalla lavida de personajes influyentes en la sociedad. Como señala Carlos Boyero“… tengo la sensación de que veo demasiadas películas que te informan en los títulos de crédito de que están basadas en hechos y personajes reales. Es encomiable tanta vocación realista pero casi preferiría que todo perteneciera a la imaginación de los autores. Aunque solo sirviera para no establecer comparaciones entre lo que nos cuentan y lo que verdaderamente ocurrió. Mi concepto del cine está más asociado a la ensoñación inteligente que a la reproducción de la siempre confusa realidad. Tengo prevenciones hacia el exultante género del biopic y la premisa que se resume en les vamos a contar exactamente lo que ocurrió”. Pero en este caso vale la pena, nos encontramos con un biopic excelente en el que el avance político de la actual Botsuana está directamente relacionado con un amorapasionado y fielde un matrimonio: Seretse Khama, heredero del reino de Bechuanalandia, y Ruth Williams, la joven británica con la que se casó en 1948. Ambos se conocieron un año antes, en una velada parroquial cuando él acababa de terminar sus estudios de abogado y se preparaba para ser nombrado rey del país sudafricano. El flechazo fue mutuo e inmediato y tras unos cuantos encuentros, bailes, cenas y paseos por el Londres de la posguerra, decidieron casarse. Sintieron que con esa unión iban a ser más libres; a Seretse le preocupaba cómo se iba debilitando el Imperio y que se necesitaba aportar fuerza nueva; Ruth veía la posibilidad de una vida mejor independiente y libre. Sin embargo, esa unión interracial -él negro, ella blanca- iba a traer muchas dificultades para ambos,no solo por la oposición familiar de los familiares, sino sobre todo en el delicado plano de la política internacional. Pero el final feliz es que cambiaron a mejor su nación influyendo en el mundo entero. Se trata del tercer filmde la británica de color Amma Asantey sigue la línea de sus dos predecesores, A way of Life (2004) y Belle (2013). Todos ellos evocan la lucha de sus personajes contra las injusticias de la vida, y cada uno de sus protagonistas se encuentra ante dilemas que relacionan su lucha con cuestiones amorosas, al punto de tener que renunciar a algo para poder dar continuidad a los desafíos que les plantea la vida. En esta línea, la realizadora inglesa logra plantear con excelente categoría los desafíos que le presenta una historia problemática y emblemática.
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Título: Un Reino Unido Se describen con elipsis adecuadaslas luchas en el poder del país sudafricano, entonces llamado Bechuanalandia (1885 se crea, dependiente del Reino Unido. Independencia en 1966. Sudáfrica y Zimbawe), que buscaba su consolidación como estado moderno, bajo la atenta y celosa mirada de su protector, el Reino Unido).Comoha escrito Pablo de Santiago estamos ante un magnífico guión de Guy Hibbert (como ya lo hizo en Espías desde el cielo) que señala los elementos clave que forjaron la creación de la República Botsuana en 1964; están sabiamente escogidos y resultan suficientes para comprender los hechos que se sucedieron; el auge de la política del apartheid en Sudáfrica, los intereses económicos de una tierra todavía por explotar, la Guerra fría y las contradicciones políticas de Europa en pleno proceso de descolonización se ponen encima de la mesa como todo aquello contra lo que, en realidad, luchaban la pareja de enamorados. Narrativamente Asante logra una gran fluidez, de modo que se hace comprensible la evolución histórica del país y los cambios de actitud de los que obstruyeron o apoyaron los derechos de Seretse Khama y de su país (parlamentarios, periodistas, lores, hasta el mismo Churchill). Todo resulta verosímil. Quizás donde Un reino unido destaca por encima de otros relatos históricos es en su intensa historia de amor, tremendamente difícil y profundamente bella, auténtico catalizador de los acontecimientos políticos del film. Para algunos críticos resultan excesivos, para otros la armonía de la pareja funciona a la perfección desde los primeros compases. Vale la pena detenerse en algunos planos, por ejemplo, mientras Seretse y Ruth charlan y bailan jazz en las fiestas de Londres, y nos creemos que ese amor podrá atravesar todas las fronteras y tormentas que lo amenacen. Las llamadas telefónica entre los esposos, etc. El trabajo de dirección destaca por su serenidad y buen tono; el protagonista, David Oyelowo, nos tiene acostumbrados a bordar esos papeles de hombre íntegro que lucha por sus derechos entre la injustica, como vimos en Selma, donde actúa como hijo de Luther King; mientras que Rosamund Pike (hija de músicos, violonchelista, nominada al Oscar en Perdida ) ofrece aquí una de las mejores interpretaciones de su carrera, enternecedora, vulnerable, fuerte, encantadora.
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