Hoy,  día nueve de abril de 2015 leo y  copio literal  del periódico digital Fórum Libertas.com  el siguiente dato:

El aborto, un "regalo de Dios" para la Universidad de Michigan Patrocina la exposición '4000 Years For Choice', en la que se presenta el hecho de abortar como una "bendición" y se afirma que "algo que 46 millones de mujeres hacen todos los años no puede ser inmoral"

La Universidad de Michigan, una de las más prestigiosas de los Estados Unidos, patrocina en su campus una exposición titulada '4000 Years For Choice' ('4.000 años a favor de la elección') en la que se presenta el aborto como una “bendición” y hasta un “regalo de Dios”. La muestra incluye decenas de carteles y tarjetas de la activista abortista Heather Vault que defienden y exaltan la historia del aborto, destacan las prácticas del aborto en las culturas más antiguas y lo presentan como un medio para “recuperar la libertad reproductiva”, según la Universidad en su sitio web. La muestra se exhibirá hasta el 29 de mayo en uno de los vestíbulos principales del campus.

Según informa Aciprensa, las piezas gráficas destacan las recetas egipcias y griegas para abortar e incluso exaltan a Giacomo Casanova, el escritor italiano famoso por sus conquistas amorosas y por no haber tenido hijos.

Sin embargo, las que han causado más polémica son las que presentan citas a favor del aborto como: “Aborto es un regalo de Dios”, “Aborto es una bendición” y “Algo que 46 millones de mujeres hacen todos los años no puede ser inmoral”.

Según denuncia Kristan Hawkins, presidenta de la organización Students for Life of America (SFLA) “el aborto nunca es seguro para las mujeres, sea legal o ilegal, y es repugnante que la Universidad de Michigan tenga la audacia de usar el dinero de los contribuyentes y un edificio financiado por los contribuyentes” para impulsar la violación de los derechos humanos y una agenda a la que la mayoría de los estadounidenses se opone.

La SFLA ha pedido a la Universidad de Michigan que devuelva el dinero de los contribuyentes y que use solo fondos privados para exposiciones y proyectos como estos.“Es un escándalo para la universidad aprobar mensajes anti derechos humanos como que ‘el aborto es un regalo de Dios’ y que es ‘una bendición’”, indicó el grupo.

La asociación provida ha invitado a los ciudadanos a enviar mensajes de correo electrónico a Mary Sue Coleman, presidenta de la Universidad de Michigan, a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para frenar el uso de fondos públicos en esta muestra de propaganda abortista”. Hasta aquí la cita.

Recientemente he visionado la película  October baby en la que  ocultando, por confidencialidad, algunos datos y haciendo por ese mismo motivo algunas variaciones formales, nos sitúa y conmueve ante la vida de dos personas relacionadas con el tema de la noticia. De una parte, la protagonista y su drama, al saber que vive porque no salió bien el aborto al que su madre se sometió; y de otra parte, el de la madre que no tuvo a esa hija; se da además, el caso  de que la actriz que interpreta este segundo papel había pasado por este trance; ello hace que la representación, por auténtica, incida en lo íntimo del espectador y le interpele.

Por todas estas razones, pienso que conviene volver a ver –o hacerlo si anteriormente no ha sido así- la película que, a continuación se reseña. Hace ahora un año se estrenaba en España la película que aconsejamos para este mes. En este tiempo en el que el tema del aborto ha adormecido tantas conciencias y ha desdibujado la sacralidad de cada vida, nos encontramos con October baby, basada en hechos reales, en donde la apuesta por la vida, desde distintos personajes y desde distintos ángulos, llena la pantalla.

El argumento se desarrolla a partir de que Hannah, una estudiante de 19 años, está actuando en el escenario, en la obra preparada por los estudiantes en la fiesta de fin de curso y, de modo inesperado, sufre quizás un ataque epiléptico; al ser ingresada en el hospital el diagnóstico muestra en esta jovencita una serie de carencias físicas y emocionales, ante las que ellas se plantea una explicación, una búsqueda de su realidad. A partir de este episodio para Hannah, de algún modo, todo está en contra: monta en cólera contra sus padres adoptivos porque le ocultaron la verdad; reniega y sufre al reconocer que su auténtica madre no la ha querido puesto que ha intentado no sólo librarse de ella sino matarla; y además, está en desacuerdo con ella misma, pareciéndole que nadie la quiere y que en definitiva, en este mundo todo es men­tira. Y, en contra de la opinión de todos, emprende un via­je para intentar encontrar a su madre biológica y pe­dirle una explicación. Llegará a saber quién es, a verla, pero no a dialogar con ella, lo que no impide, que termine expresándole que la perdona.

Esa búsqueda, a veces desconcertante, casi siempre dolorosa pero con destellos de luz, abre a Hannah nuevos modos de afrontar su vida, en los que el espectador, en parte expectante, va haciéndose cargo de la situación de Hannah, de sus dolores y sus luchas, y también de las actitudes y situaciones que se crean en las personas que rodean a esta joven: amigos, padres adoptivos, madre biológica.

 


Dirección: Andrew Erwin y Jon Erwin. 
País: USA. 
Año: 2011. 
Duración: 107 min. 
Género: Drama. 
Interpretación: Rachel Hendrix (Hannah), Jason Burkey, (Jason) Jasmine Guy (Mary), John Schneider (Jacob), Jennifer Price (Grace), Collenn Trusler (Alanna). 
Guión: Andrew Erwin y Theresa Preston, basado en un argumento de Andrew Erwin, Jon Erwin y Cecil Stoker. 
Producción: Dan Atchison, Jon Erwin, Cecil Stoker y Justin Tolley.
Música: Paul Mills. 
Fotografía: Jon Erwin. 
Montaje: Andrew Erwin. 
Diseño de producción: Edward Gurney Jr. 
Vestuario: Anna Redmon. 
Distribuidora: European Dreams Factory. 
Estreno en USA: 28 Octubre 2011. 
Estreno en España: 12 Abril 2013.
 

Hannah al enterarse de sus circunstancias, reacciona con una gran desconfianza y con resentimiento con sus padres adoptivos. Y decide, por encima de todo, buscar a su madre natural. Hay giros narrativos que ayudan a no hacer del tema una historia lacrimógena, que supondría perder su auténtico interés y, a su vez, hay unos guiños estupendos en el modo de comportarse personas a las que Hannah encuentra en su camino: un policía honrado y comprensivo, una enfermera arrepentida y valiente, la adecuada actuación del sacerdote católico, la discreción y el encanto del amigo, Truman, etc., Todo eso contribuye a esculpir la verdad de la vida, que es muy bella si, claro está, se aprende a mirarla como hay que hacerlo, desde la verdad comprensiva, desde la lucha necesaria, desde la ayuda mutua. Es una película que pertenece al cine americano independiente y, en este sentido, a veces, es algo artificiosa en las soluciones, o forzada en situaciones, pero esto es "pecata minuta" junto a todo lo que aporta.

Para el experto Rodríguez Chico "la película no se queda en un planteamiento pro-life, sino que pretende ir más allá y por eso nos ofrece un segundo final en el que busca sanar el alma de cada personaje. El director respeta y no juzga a ninguno de ellos, presenta la redención individual como una realidad posible en cualquiera de sus circunstancias y consigue imprimir un tono constructivo y luminoso a tanto drama existencial. Estamos, en definitiva, ante una road movie para un público al que se le abren perspectivas de tolerancia y sacrificio, en el sentido más hondo y humano".

Los directores de October baby -los hermanos Jon y Andrew Erwin- llevan años dedicados al mundo audiovisual. Su identidad cristiana la recrean en esta ocasión al narrar en parte la vida de la californiana Gianna Jessen, nacida en 1977. Gianna vivió como consecuencia de un aborto quirúrgicamente mal realizado. En la realidad ella ha sufrido diversas deficiencias motoras que ha ido superando gracias a la ayuda humana y sobrenatural de su madre y hermana adoptivas. Los cineastas, en la película, tal como ya se ha apuntado, han variado las circunstancias, conservando los aspectos centrales de la historia, han incluido una canción suya en la banda sonora, que, por cierto, es muy bonita. La película engancha porque el guión es bueno, además de actual. Destaca además que estamos ante unos excelentes actores que, por cierto, la mayoría, son desconocidos.

En Estados Unidos, como era de prever, tuvo su controversia, pero la realidad es que ha tenido un gran éxito de ta­quilla en no sólo en Estados Unidos, también en Canadá. La producción es modesta, la planificación televisiva y la historia -la manera de contarla- es previsible. Pero tie­ne a su favor una cosa que se llama autenticidad, to­do en ella suena a verdad, los personajes, las situaciones y la propia historia de Hannah. Las peripecias, por las que Hannah pasa, son, en la mayoría de los casos previsibles; aún así, el final, coherente, da una magnífica lección: para ser felices hay que perdonar y hacerlo del todo.

Por ello la aconsejo, no tanto con una actitud crítica por el tema, sino para aprender, una vez más, a que la relación madre/hijo no es una cuestión fútil ni mucho menos manipulable. Conlleva una carga afectiva natural que siempre vale la pena cuidar, respetar y defender.
 
TEMAS PARA EL DEBATE
-El aborto y sus consecuencias
-Las relaciones  materno filiales
-El perdón