"Las nieves del Kilimanjaro" se inspira libremente en el breve poema "La gente pobre" de Victor Hugo. Se trata del último trabajo del veterano realizador francés Robert Guédiguian, el cual en el año 2005, cuando estaba redactando un texto para pedir el voto en contra de la Constitución Europea, encontró en algunos de esos versos lo que, según él, era un magnífico final para una película.
Guédiguian ha vuelto a su barrio, l'Estaque, al noroeste de Marsella -epicentro de casi todas sus películas- y a su retrato costumbrista y social. Esta vez narra la historia de un matrimonio, Michel y su mujer, Marie Claire, felizmente casados, con hijos ya criados, nietos y buenos amigos. Las relaciones familiares y sociales, que son muy gratas, se magnificarán espléndidamente por la reacción de las buenas personas ante un suceso inesperado.
Como en el poema de Victor Hugo, el director nos presenta a Michel, líder histórico de la CGT, que ha luchado toda su vida por unas libertades que ahora es más difícil mantener. Ante la crisis económica y sus consecuencias –también en la precariedad laboral-, el sindicato se ve obligado a despedir a algunos trabajadores de los astilleros para evitar el cierre. En el sorteo son elegidos un representante del sindicato, Michel, y un joven obrero.
En estas circunstancias, el matrimonio va a cumplir los treinta años de casados y se les presenta una bella ocasión, pues sus hijos les regalan los billetes para realizar un viaje largamente soñado -y siempre pospuesto- al continente africano, a Tanzania. Inesperadamente dos encapuchados les agreden en su casa y les roban todo, hasta los anillos de boda y tarjetas de crédito. Desistir del viaje es lo mínimo que puede ocurrir. La impotencia y el desconcierto crece en el matrimonio cuando averiguan que el brutal ataque ha sido llevado a cabo por ese joven compañero de trabajo que fue despedido al mismo tiempo que Michel ¿cómo reaccionar y actuar?
Guédiguian se eleva por encima del conflicto social que se produce en varias dimensiones para mostrar el verdadero sentido de la justicia de la persona. Este sentido supera la letra escrita, y llega al corazón de sus personajes —y de los espectadores— y hace entender que hay situaciones que pueden explicar e incluso justificar algunos actos no del todo apropiados. Un despido, un robo o una agresión pueden esconder mucho drama y sufrimiento personal, como les sucede al muchacho de la historia y a sus hermanos pequeños. En esa y en toda circunstancia una ayuda, un detalle o una caricia suponen un valor muy superior y mucho más eficaz que la fría resolución de un problema. Captaremos en la película situaciones conmovedoras porque no se rehúye el sentido dramático de las historias que pasan. También momentos de fino humor que se ven con una sonrisa en los labios y en el corazón. Tampoco faltan los gestos -tan importantes- de comprensión hacia la distinta manera de ver la vida por las nuevas generaciones.
La perspectiva moral quizás sea tan idealista como realista lo es su problemática. La fotografía es luminosa y cálida, los espacios abiertos, y la cámara parece acariciar a unos personajes a los que se quiere y comprende, para terminar levantando un paisaje físico y humano lleno de claridad y sinceridad. La luz de Marsella enmarca aún mejor el optimismo que se desprende al resolver con humanidad las situaciones difíciles. Espléndidos están sus actores de siempre, con una Ariane Ascaride de mirada honesta y cariñosa, un Jean-Pierre Darroussin de semblante sencillo y honrado, y un Gérard Meylan como amigo leal y auténtico. La interpretaciones son populares y naturales como la causa que encarnan, sin caer en el buenismo, al contrario, quizás por estar todos inmersos en un tiempo de crisis, Guédiguian opta por profundizar en el problema y enseña esperanzadamente que no es necesario ir al Kilimanjaro para encontrar un poco de felicidad..
La película responde a lo que nos proponemos con nuestra sección; después del visionado podemos apreciar en nosotros mismo el convencimiento de que las cosas se pueden arreglar si, como en el poema de Victor Hugo, sustituimos, cuando sea posible, la denuncia por un canto a la solidaridad y a la comprensión.
Las nieves del Kilimanjaro nos da una bella lección de humanismo. Amor, perdón, comprensión. Ése es su revolucionario mensaje. Esta cinta consiguió en la pasada edición de la Seminci la Espiga de Oro, una larga ovación del público y el aplauso de la crítica: las tres cosas, merecidas.
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Película a Debate: Las nieves del Kilimanjaro Título Original: Les neiges du Kilimanjaro Año: 2011 Duración: 107 min. País: Francia Director: Robert Guédiguian Guión: Robert Guédiguian y Jean-Louis Milesi Fotografía: Pierre Milon Montaje: Bernard Sasia Diseño de producción: Michel Vandestien Vestuario: Juliette Chanaud Reparto: Ariane Ascaride (Marie-Claire), Jean-Pierre Darroussin (Michel), Gérard Meylan (Raoul), Marilyne Canto (Denise), Grégoire Leprince-Ringuet (Christophe), Anaïs Demoustier (Flo), Adrien Jolivet (Cilles) Distribuidora: Golem Género: Drama Estreno en Francia: 16 Noviembre 2011 Estreno en España: 27 Abril 2012 Calificación por edades: Apta para todos los públicos
TEMAS DE DEBATE:
-El Principio de justicia
-La dimensión solidaria de la persona
-Ética de máximos
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